jueves, 5 de diciembre de 2013

#escenariostec

Huella narrativa Escenario, semana 4 Metáforas en primera del plural Acabo de darme cuenta de que la sensación de que esto recién empieza es una percepción equivocada. Esta era la manera natural que siempre existió, que estuvo fuera de sistema mucho tiempo y que ahora se relegitima a través del uso de las herramientas tecnológicas que nos conducen a la utilización y reutilización, a mirar al otro, y construirse con él, a confundir construcciones, tornarse público y reutilizable, como aclara el pié del PREZI. Pensar cada hojuela que integra al abanico, otorgarle importancia, nombrarla y reescribirla como parte del itinerario de un viaje que en realidad recomenzamos después de habernos asentado varias décadas, pensando que el sedentarismo nos imprimía seguridad. Ahora me siento nómade, no como kung-fu, (fugitivo solitario con ideales únicos), sino como parte de una caravana inclusiva de entre otras miles que convergen y se abren para encontrar las respuestas más allá de la estática tradicional, para encontrar los rastros del hilo de un entramado didáctico y dinámico . En esta huida hacia adelante, lo único certero es que la trama pulsa, empuja casi visceralmente hacia una construcción colectiva , como peregrinos heterogéneos deseosos de arribar a un destino que a cada momento de engrandece más y se hace más lejano. Es una sensación extraña. Desde siempre sentí que las verticalidades no me incluían, ni aun en tiempos donde sólo existía ese modelo no sólo en educación sino en la gran variedad de situaciones que debimos vivir. Con la llegada de las tecnologías sentí que no podría ser capaz de insertarme en el gran cambio, me sentía una inmigrante sin ningún contacto llegando a una tierra desconocida. Entonces pensé que se trataba de una situación bisagra, o abría la puerta, reacomodaba viejos conceptos, vencía preconceptos y, decididamente entraba o seria una exiliada eterna. Así fue que ingresé con mucha resistencia, sin desarmar valijas, pronta para escapar y me quedé definitivamente encandilada por las luces del nuevo territorio y las oportunidades que nos ofrecía, cambiando la primera del singular por la primera del plural. Ahora intento integrar este paisaje, pidiendo ayuda, errando, tejiendo y destejiendo multidisciplinariamente, a pesar de algunas fronteras difíciles que entorpecen la ruta. Este curso al que llegué no sé bien cómo, (tengo la sensación que los cursos aparecen solos, lo juro) provocó aun más la necesidad de seguir caminando, alejó todavía más el objetivo como si se tratase de la utopía. Ahora está más lejos pero cada mochila individual tiene provisiones cada vez más sólidas que nos ayudarán y sostendrán en el camino. NO ESTAMOS SOLOS, hay más ojos, más manos, más ganas, más fibras, más habilidades para atrevernos a construir nuevos entornos donde podamos aprender y esto es lo que me hace sentir más feliz. A pesar de las falta de tiempo que a veces nos permite espiar y “ordenar por arriba”. Rompimos aquellas cadenas que nos ataban sin unirnos y nos transformamos en millones de eslabones sensibles, iguales y al mismo tiempo únicos e irrepetibles. Gracias tutoras, tutores y colegas, gracias de verdad. Admiro las producciones de mis compañeros y siempre me llevo algo que sin dudas aplicaré en próximas experiencias